Reseña: Aunque sueñe con tu nombre, de Natalia Sánchez Diana
¿Puede contarse una historia de amor prohibido mediante las flores? ¿Puede una rosa expresar pasión? ¿Puede un nomeolvides suplicar que unos sentimientos sobrevivan al tiempo?
En
la vida de Tina hay dos cosas que no cambian: los líos económicos en
los que se mete su hermano Guille y que siempre acaban por
perjudicarles, y los sueños que tiene desde niña. En ellos ve retazos de
la historia de una aristócrata inglesa, cuya pasión es cultivar flores
en un invernadero y que se ve arrastrada por la atracción prohibida
hacia un extranjero que llega a la Abadía con el marqués de Ayrton. Para
cobrar la herencia de su tía, Tina deberá encontrar un libro llamado
Language of flowers que fue publicado en 1884 e ilustrado por Kate
Greenaway, y que posee como marca distintiva unas palabras manuscritas
en japonés al final.
La búsqueda del ejemplar le conducirá a un
enigmático y atractivo hombre experto en antigüedades del Período Edo y
la Restauración Meiji, que le resultará cautivador porque la mira como
si la conociera. Pronto descubrirá que también persigue las reliquias
con las que se obsesionó su madre y, poco a poco, los sueños irán
cobrando sentido mientras que el deseo que siente por él se volverá
incontenible. ¿Quién es él? ¿Qué vínculo les une? ¿Qué se esconde
detrás de un broche, un camafeo y un guardapelo? ¿Por qué Tina conoce
el verdadero nombre del misterioso señor Kimura?
Para
averiguarlo, Tina y su hermano emprenderán una carrera contrarreloj para
llegar a las reliquias antes que él, con el propósito de cambiarlas por
el libro que necesitan, aunque la verdad que emergerá a la luz cambiará
sus vidas para siempre.
Cuando la tía de Tina muere, esta deja una herencia cuantiosa que podría ayudar solucionar los problemas económicos de Tina y de Guille, su hermano. Sin embargo, para conseguirla, deberá obtener un libro muy específico sobre el lenguaje de las flores que está relacionado con ella y con los sueños que tiene sobre una muchacha en la Inglaterra de finales del siglo XIX. Para complicarlo aún más, durante la búsqueda conoce al misterioso señor Kimura que despierta sensaciones y sentimientos familiares, a pesar de ser un desconocido.
El pasado que nos atormenta. El presente que está en pausa. El futuro que no existe.
Aunque sueñe con tu nombre es una novela romántica narrada de una forma interesante. La historia se centra en punto de vista de la protagonista, Trina, escrito en primera persona en presente. Sin embargo, en la historia también aparecen otros dos puntos de vista: flashbacks en tercera persona en pasado cuando se trata de Florence, y en primera persona en presente cuando es el punto de vista del señor Kimura. Aunque pueda parecer un caos, cada punto de vista está bien situado y en ningún momento se confunden.
—En mi país, tenemos una palabra. Ame Onna. Mujer lluvia. Como usted.
—¿Como yo?
—¿Se da cuenta de que siempre que aparece cerca de mí trae la lluvia?
Si algo he aprendido de leer a Natalia, es que sus personajes suelen ser bastante realistas. Si bien es cierto que los secundarios no suelen aparecer mucho, los protagónicos consiguen enamorar a quien lea sus historias. Tanto Tina como el señor Kimura (lo mantendremos así para no decir muchos spoilers) están bien desarrollados, con sus miedos y sus debilidades, con sus deseos y sus pasiones. La química se siente desde el minuto uno, pero se desarrolla lenta y segura, alejándose de los llamados instalove.
¿Cuándo dejará de recordarme a él la lluvia?
Otro elemento que no puede faltar en una novela de Natalia es el viaje. Ya sea el viaje que hacen los personajes por diferentes ciudades, con sus escenarios mágicos, como el viaje que nos invita a hacer a las culturas que protagonizan sus historias. En este caso, se nos explica un poco sobre la cultura japonesa, así como también la belleza del lenguaje de la flores.
En resumen, Aunque sueñe con tu nombre es una historia de amor, de superación y aceptación del pasado que se entremezcla con toques paranormales, creando así una novela mágica que enamora. Es perfecta para un día de lluvia, manta y una historia en la que sumergirse.
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