Reseña: Tillverkare, de Deborah Heredia

 *Esta reseña tiene contenido sensible

 
Nos prometieron la felicidad, la salvación. Un mundo nuevo en el que poder ser eternos, perdurar y alzarnos en una nueva era digital en un lugar creado por nosotros para nosotros, una alternativa utópica al colapso que habíamos provocado. Pero a mí nadie me habló del hastío y la desesperación con la que vivo día tras día. Eso llegó solo, vino después. ¿Quién puede culparme entonces por querer desaparecer? Soy Glöd y esta es la historia de cómo decidí ver todo arder ante mí, de cómo quise escapar de mi existencia virtual. ¿Quieres conocerme?
 
 
Glöd no es feliz. Lo sabe Lit. Lo sabe Blika. Lo sabe él. Vive en un mundo digital donde todo está a su alcance, creado para protegerlos del colapso de un mundo tangible. Sin embargo, Glöd quiere escapar a toda costa.
 
 
    Tillverkare es una novela de ciencia ficción ambientada en un mundo digital. Con capítulos cortos, un ritmo lento y pausado, la 1º persona en presente permite que nos colemos en las sensaciones y reflexiones de Glöd, un joven con un pasado orgánico y con muchos problemas: depresivo, adicto y con tendencias suicidas. Así, en esta novela se tratan temas bastantes sensibles como las reflexiones sobre la existencia, la marginación, la felicidad y sobre el propio ser. Las escenas de acción, aunque escasas, permiten ver cómo las decisiones que ha tomado tienen sus consecuencias, ya sean buenas o malas.

 
    En cuanto a la ambientación, las descripciones están bien hechas, llegando a dar la sensación de que estás en el Divärl o en el Revärld. Sí, Deborah ha creado dos mundos distintos donde los «digitales» y los «tangibles» u «orgánicos» viven. Dos mundos diferentes unidos por Glöd. Esta separación permite que reflexionemos sobre el uso que estamos haciendo de la naturaleza y sus recursos, los cuales no son infinitos. Por otra parte, el uso de terminología tecnológica es impresionante. Por ejemplo, un bug es un tipo de virus que el protagonista se inyecta para poder abstraerse de las sensaciones que no quiere tener.
 
El sol refleja rayos dorados, intensos y embriagadores, sobre la superficie del mar. La brisa salada mece las flores en la orilla del precipicio. Todo es maravilloso. Y yo lo odio todo.
 

    Esta novela explora la psicología del protagonista, por lo que las relaciones con otros personajes son muy importantes. Me hubiera gustado poder conocer más a los otros personajes. Sin embargo, el que más me ha gustado ha sido Lit y cómo lleva su relación con un adicto depresivo y egoísta. Porque sí, hay ciertas decisiones egoístas que toma Glöd que dan ganas de sacudirle para que reaccione.

Has sido el único que me ha aceptado por quién soy y no por cómo soy.
       
    Sin duda, las escenas más bonitas y tiernas son aquellas en las que Glöd es consciente de lo que está haciendo y acepta las sensaciones que conlleva el estar vivo.
    
 
   Si hay algo con lo que me quedo de esta novela es que definitivamente, nada es lo que parece en Tillverkare.


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