Reseña: Un mundo nuevo, de Chris Weitz (traducción de Sergio Lledó)


Nueva York está dividida en bandas de adolescentes que intentan sobrevivir en un mundo devastado. Una terrible epidemia que ha eliminado a adultos y niños y ha dejado a la sociedad sin ninguna de las comodidades que el viejo mundo ofrecía.

Jefferson es el joven líder del Clan de Washington Square; y junto con sus compañeros intentarán hallar el antídoto contra la enfermedad. Cruzarán la ciudad, rumbo a Long Island, donde vive el único hombre que ha logrado sobrevivir y que puede ayudarlos. Pero no será un camino fácil y deberán enfrentarse a duros enemigos que no están dispuestos a ponérselo fácil.

 

Después de que una enfermedad misteriosa acabara con los adultos y los niños, la sociedad ha cambiado y los adolescentes sobrevivientes se han adaptado. Cuando el rumor de una posible cura llega al Clan de Washington Square, Jefferson reúne a un grupo de jóvenes para descubrir la verdad, aunque eso signifique cruzar toda Nueva York y las peligrosas tribus que la gobiernan.   

Tal vez sea el momento de tomar el control. Puede que haya llegado la hora de hacer algo grande.

 

    Con esta interesante premisa, Un mundo nuevo nos presenta una novela ligera y un ritmo rápido, de esas que empiezas a leer y cuando quieres darte cuenta ya te has acabado el libro. Las descripciones tanto de los escenarios como de las escenas de acción hacen que la historia sea muy cinematográfico. De hecho, algunas escenas y sus diálogos están escritas siguiendo un formato de guión audiovisual.

Bajamos la escalinata a trompicones, contentos, asqueados. Somos libres. Estamos vivos. Hemos cambiado.


    Los capítulos son cortos y se van intercambiando los puntos de vista de los dos personajes principales de la historia Jefferson y Donna, siempre en primera persona del presente para poder meternos en sus cabezas. Son dos personas completamente diferentes, pero que llevan toda la vida juntos: él es el típico chico que lleva el mundo sobre sus hombros, listo, pero no un genio; ella es la típica chica que es diferente al resto, con lenguaje vulgar. Sí, estos dos personajes son clichés muy usados que ya no encontramos en la mayoría de historias que se publican, pero no son los únicos. Y este es uno de los problemas de la historia: ha envejecido, es decir, se nota que el libro ya tiene unos años.

 

    En resumen, a pesar de que ya tiene sus años Un mundo nuevo, es un libro postapocalíptico con un ritmo ligero y descripiciones muy cinematográficas. Un viaje por un Nueva York governado por adolescentes, ¿qué podría salir mal?



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