Reseña: Grumo y Mosquito, de Borja Alonso Alonso

 

 

Un aspirante a genio criminal y su protegido intentan atracar una botica a punta de espada y ballesta. Sin embargo, la dueña del local —que es una veterana de guerra durazan— lo impide, alerta al vecindario y pone a la ciudad patas arriba. Mientras tanto, secuestradores y rehenes empiezan a darse cuenta de que tienen más en común de lo que pensaban.

Grumo y Mosquito es un retelling de la obra de teatro «La Estanquera de Vallecas», una novela corta ambientada en un marco épicodelirante y chorrofantástico a mitad camino entre la épica oscura y la colorida parodia de las novelas de fantasía.

NO HAS LEÍDO NUNCA UNA CHORRADA COMO ESTA

La crítica —no— ha dicho:

«Los lectores van a caer rendidos ante Grumo y Mosquito. Estos patanes son, sin duda, los peores ladrones que han pisado la ciudad en los últimos diez años», La Gaceta de Motaris

«A Borja Alonso no le lee ni dios», El Archipiélago de Ar-Sua

«Yo estuve durante el atraco, ¡y así no es como ocurrió!» Un bardo que pasaba por allí

«Os juro que no conozco a este tío de nada» Concepción Perea

«No sé de dónde saca las ideas, pero si eso lo que le gusta hacer, habrá que quererlo», La madre del autor

 

Grumo y Mosquito es una novela corta con formato teatral, parecido a un sainete. Grumo y Mosquito son dos ladrones acreditados que deciden robar en una botica. Sin embargo, la cosa sale mal y se convierte en un atraco con rehenes.

Grumo: ¿Pero qué pasa? ¡Calma los ánimos, Mosquito!

Mosquito: ¡Ayúdeme, jefe, que se me acumulan los quehaceres! ¡No se quede ahí parado! Creo que me ha salido una cana de los nervios... ¿Ha encontrado algo? ¿Hay plata?

     

    Teniendo en cuenta que el autor describe esta historia como «chorrofantasía», el libro es una mezcla de fantasía épica con momentos disparates propios de un sainete que pretende burlarse de las típicas novelas de fantasía. A pesar de que no tiene narrador como tal, las acotaciones tienen descripciones y comentarios narrados, que se salen de las típicas anotaciones de un libreto teatral. Además, el lenguaje que se utiliza a lo largo del libro es común y ordinario para reflejar el habla de la calle, mejor dicho, de ese pueblo o ciudad en el que está ambientada acción.


Mosquito: ¿¡ Que qué pasa!? ¡El orujo por mi garganta!

Sargento: ¡ El humo! ¿Qué está pasando?

Mosquito: Aquí el monseñor Piparrino, que se ha puesto a hacer señales de humo.

    

    En cuanto a los personajes, siguen el prototipo de personaje que nos encontramos en un sainete. Grumo y Mosquito son los protagonistas y se describen como «ladrones de Guante Blanco» y «atracadores profesionales que se están sacando el título». Por otra parte, entre los rehenes protagonistas están Vieja Boticaria, que es una durazna y la dueña de la tienda, y su nieta adoptiva Rotigilda.

     

    Sin embargo, el final es diferente a lo que estamos acostumbrados en este tipo de obras teatrales, ya que se trata de un final abierto y a la vez cerrado, dejando a la imaginación de quien lo lee el qué pasará después.

   

    En resumen, Grumo y Mosquito es una historia hilarante, entretenida y corta donde la fantasía se encuentra con el sainete creando esta «chorrofantasía» de atraco con rehenes que acaba mal.

 


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